Factor tubárico
El factor tubárico es uno de los problemas más comunes entre las mujeres con problemas de esterilidad. Entre un 30% y un 40% de las mujeres con problemas para tener hijos focalizan el problema en esta dirección. La función de las trompas de Falopio en el proceso de embarazo es relevante en diferentes momentos, por lo que una afectación en la zona es altamente relevante. Influye en el momento de la ovulación, en el desplazamiento del espermatozoide y también en la correcta evolución del embrión.
Esa afectación suele aparecer en las mujeres jóvenes, ya que la principal causa que puede provocar la aparición de algún problema en las trompas de Falopio son enfermedades de transmisión sexual. Esto quiere decir que normalmente la aparición de un factor tubárico aparece cuando la mujer se encentra en plena edad fértil y en la que, si todo funciona correctamente, no tiene que tener problemas para conseguir el embarazo. Las intervenciones quirúrgicas en la zona de la pelvis son la otra causa más habitual que puede desembocar en un factor tubárico.
En estos casos existen dos grados de afectación en la mujer. El factor tubárico puede ser unilateral (que afecta a una trompa) o bilateral (que afecta a las dos). Ambas trompas de Falopio son independientes entre ellas, por lo que si el problema afecta a una única trompa la mujer puede quedarse embarazada de manera natural, mientras que si están las dos trompas afectadas será preciso recurrir a la ayuda médica a través de la reproducción asistida.
¿Qué puede causar una lesión en las trompas?
Las trompas de Falopio tienen un papel muy importante en la consecución del embarazo. Su implicación es activa en los tres procesos previos al resultado positivo, por lo que cuando hay una lesión en las trompas aumenta la dificultad para conseguir el deseado embarazo. Para empezar, cuando se ha producido la ovulación, atraen al óvulo, después son las que permiten el desplazamiento de los espermatozoides desde el útero de la mujer hasta el ovario y, finalmente, cuando el espermatozoide ha conseguido fecundar el óvulo, transportan el pre-embrión hasta el útero para hacer posible su correcta implantación.
Para poder completar todo este proceso sin problemas es muy importante que las trompas estén activas y sean permeables. Estas dos condiciones indispensables pueden verse afectadas por alteraciones en la zona pélvica. La más frecuente (aparece en el 80% de los casos en los que se detecta algún problema en las trompas de Falopio) es la infección pélvica. Normalmente esta infección está causada por microorganismos como los Chlamydia Trachomatis o Neisseria Gonorrhoae, comúnmente conocidos por clamidia y gonorrea. Ambas son enfermedades de transmisión sexual que suelen detectarse en mujeres jóvenes sexualmente activas.
La otra causa principal de una posible alteración en la actividad de las trompas es haberse sometido a una cirugía pélvica previamente. Las más comunes son las intervenciones para una apendicitis compleja, intervenciones ginecológicas (como una extracción de quistes en el ovario, una ligadura de trompas, o la extracción de miomas uterinos), una intervención en caso de endometriosis, o también en casos de malformaciones uterinas.
¿A cuántas mujeres afectan estas lesiones?
Las lesiones en las trompas de Falopio son una de las causas de esterilidad femenina más habituales. Entre un 30% y un 40% de los casos en los que la mujer tiene problemas para quedarse embarazada el problema radica en esta zona. En este porcentaje se engloban todos los casos de lesión en las trompas, aunque no todas las lesiones son iguales. Una mujer puede sufrir factor tubárico unilateral o bilateral.
En el primer caso, la afectación se concentra en una de las trompas, por lo que las consecuencias no son tan definitivas, y en el caso de la segunda variante la afección se encuentra en ambas trompas, contexto en el que los problemas son de mayor gravedad.
El hecho de que sea tan común entre las mujeres no facilita la detección del problema, ya que es una afección que no muestra claros síntomas que permitan detectarla con facilidad. Existen varias molestias que son causadas por alteraciones en las trompas de Falopio, pero que también pueden ser causadas por otros problemas. Por ejemplo, un flujo vaginal anormal, dolor al orinar, sangrado entre periodos o menstruaciones dolorosas.
Como hemos comentado, la mayoría de problemas en el funcionamiento de las trompas de Falopio proviene de enfermedades de trasmisión sexual, por lo que es una afectación que suele aparecer en edad joven, sin guardar ninguna relación con la maternidad tardía. Este apunte es importante porque esta es una de las causas de esterilidad que no suele contemplarse previamente, por lo que el proceso de aceptación puede ser más complicado. Para estos casos, en CIRH contamos con un equipo de apoyo psicológico al servicio de nuestras pacientes.
¿Cómo se diagnostica una lesión en las trompas de Falopio?
Como ya hemos dicho, no hay causas que se puedan relacionar de manera directa y clara con un problema en las trompas de Falopio por lo que en la mayoría de casos se detecta la alteración con las pruebas que se realizan en el momento en el que la mujer, acompañada por su pareja en el caso que la tenga, acude al médico para buscar ayuda para conseguir el embarazo.
Cuando llega este momento, el equipo médico puede realizar tres pruebas diagnósticas con las que es posible detectar si existe cualquier tipo de lesión en las trompas. La más común es la histerosalpingografía, una prueba radiológica en la que, tras haber inyectado contraste iodado en la cavidad uterina de la mujer, se observa si este llega hasta las trompas de Falopio. En caso de existir alguna obstrucción, se observará como el contraste se detiene antes de llegar. Antes de la realización de la prueba se administra antibiótico para evitar cualquier tipo de infección, y se recomienda asimismo tomar un analgésico antes de realizar la prueba para evitar cualquier tipo de dolor.
Otra prueba es la histerosonografía, en la que el líquido que se inyecta en el útero a través del cuello uterino es suero fisiológico. En este caso, además, la permeabilidad de las trompas de Falopio se observa durante la ecografía que se realiza mientras se inyecta el suero. Como en la anterior, es necesario tomar antibiótico y analgésico preventivos.
Y la laparoscopia exploradora es la tercera prueba y también la más invasiva. Es una intervención quirúrgica con cirugía, que se reserva a casos muy concretos, en los que tras haber realizado una histerosalpingografía no queda claro el tipo de lesión en las Trompas. Se realiza mediante una incisión a nivel umbilical y dos incisiones en la parte baja del abdomen. Esta intervención permite ver en directo el estado de las trompas.
¿Cómo afecta a la fertilidad de una mujer?
En estos casos es importante no olvidar que los problemas de fertilidad de una mujer con un caso de factor tubárico pueden aparecer en edades en las que, en una situación normal, la mujer es plenamente fértil y no tiene que tener problemas añadidos para conseguir el embarazo.
El nivel de afectación en la fertilidad de una mujer con una alteración en las trompas de Falopio depende principalmente de si es unilateral o bilateral. En el primer caso en el que la alteración afecta a una de las trompas, la mujer puede conseguir el embarazo de manera natural, ya que la otra trompa puede realizar sus funciones sin problema.
Pero si la afectación es bilateral, alterando el funcionamiento de las dos trompas, para conseguir el embarazo será necesario recurrir a una técnica de reproducción asistida para conseguir la fecundación del óvulo en el laboratorio. La opción más común elegida por los especialistas es la fecundación in vitro. Los biólogos del laboratorio serán los encargados de fecundar el óvulo con el espermatozoide y, una vez conseguido el embrión, el médico lo depositará en el útero de la futura mamá.
La diferencia entre un caso y otro se debe a que ambas trompas funcionan de manera independiente. El hecho de que una de las trompas no puede efectuar su labor de manera correcta no afecta de forma directa a la otra trompa, que en los casos en los que no sufra ninguna alteración, puede seguir con su funcionamiento habitual facilitando la fecundación del óvulo y la posterior implantación del embrión.
Los casos de factor tubárico, a pesar de ser comunes entre la población femenina con problemas de esterilidad, no tienen una sintomatología clara y directa para ser detectada. Hay algunas molestias que afloran como consecuencia de esta alteración, como un flujo vaginal anormal, dolores al orinar, sangrado entre periodos o menstruaciones dolorosas, pero todos ellos pueden ser provocados por otros aspectos. Es por eso que en la mayoría de los casos el problema no se detecta hasta el momento en el que se decide ir al médico para analizar los problemas para conseguir el embarazo.
Esta dificultad para la detección contrasta con la habitual facilidad para diagnosticarlo una vez estamos en manos de un equipo médico especializado. Normalmente es suficiente con una de las dos pruebas que se pueden efectuar con contraste. Por un lado, se puede efectuar una histerosalpingografía, en la que se observa la evolución del contraste iodado, y por otro lado también se puede realizar una histerosonografía, en la que el contraste se visualiza con la inyección de suero.
Si una vez efectuado el contraste con iodo no se ha podido esclarecer con seguridad la focalización del problema, se puede realizar una laparoscopia, una intervención con cirugía que permite observar claramente el estado real de las trompas de Falopio y detectar cualquier anomalía existente en la zona.
Para establecer el grado de afectación del factor tubárico en la capacidad de tener hijos de la mujer lo primero que se tendrá que analizar es si se trata de un caso unilateral o bilateral. En el primer caso las posibilidades de conseguir un embarazo natural siguen intactas, ya que significa que una de las trompas funciona perfectamente y puede realizar sus funciones. En el caso que sean ambas trompas las que tienen problemas, la única opción que tiene la mujer es recurrir a la reproducción asistida. En estos casos es habitual conseguir el embarazo con un tratamiento de fecundación in vitro.
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