Cuando una mujer explica que tiene ovarios poliquísticos normalmente se puede pensar que es más grave de lo que realmente es. Y no sólo eso, sino que ¡es mucho más común de lo que puede parecer! El número de mujeres con ovario poliquístico es elevado, y no tienen por qué cursar con problemas de fertilidad siempre y cuando no haya una alteración del ciclo menstrual asociada. En su caso los ovarios tendrán un tamaño mayor al habitual y tendrán un mayor número de folículos.
Eso sí, la cosa cambia cuando se trata de Síndrome de Ovarios Poliquísticos. En este caso la problemática es mayor, entre otras cosas, para el objetivo de querer ser madre. En los casos de tener ovarios poliquísticos se detecta con una ecografía y también se puede percibir al tener una menstruación irregular. En los casos de padecer el Síndrome de Ovario Poliquístico la sintomatología es mayor.
El Síndrome de Ovario Poliquístico cursa con ovarios de aspecto poliquístico diagnosticados por ecografía, reglas irregulares o ausencia de reglas durante largos periodos de tiempo y alteraciones hormonales como una elevación de los niveles de hormonas masculinas.
Así, lo primero que hay que hacer cuando se habla de ovarios poliquísticos es diferenciar una cosa de la otra. El Síndrome es una alteración hormonal que va más allá de la irregularidad en la menstruación (incluso hay meses en los que no aparece). En estos casos la mujer produce un mayor número de hormonas masculinas que, entre otras cosas, puede provocar la aparición de más bello en la zona facial o pectoral, como también la presencia de acné frecuente.
Mientras que los ovarios poliquísticos no tienen que tratarse médicamente, el trastorno hormonal del Síndrome de ovarios poliquístico es importante combatirlo con un tratamiento hormonal fijado después de la visita con el médico. La evolución del tratamiento también es importante que esté supervisado por el equipo médico.
Los ovarios poliquísticos es una afectación bastante común entre las mujeres. Es un problema que afecta a un 10%-12% de las mujeres en edad fértil, por lo que se puede considerar que es habitual padecer este trastorno. Con el paso de los años, la pérdida de folículos provoca una desaparición progresiva de los síntomas de los ovarios poliquísticos, no así los efectos del síndrome, que se tiene que tratar médicamente.
Se produce cuando el tamaño del ovario es mayor de lo habitual y constan de más folículos. Esto se puede producir en un único ovario o en ambos a la vez, pero, en cualquier caso, normalmente son asintomáticos. Esto provoca que en la mayoría de la mayoría de las ocasiones la detección de esta patología sea de forma casual. Suele guardar una relación directa con menstruación irregular, pero sufrir estos síntomas no significa que se tengan ovarios poliquísticos.
En pacientes con ovario poliquístico, las menstruaciones pueden ser regulares o irregulares. Si son regulares, a priori no está relacionado con dificultades para conseguir embarazo. Si son irregulares o ausentes durante largos períodos de tiempo sí que puede haber más o menos dificultades para conseguir el embarazo dependiendo de lo frecuencia de las reglas.
Así como hemos destacado que tener ovarios poliquísticos no es grave, que no precisa tratamiento, el síndrome de ovario poliquístico sí. Puede ser un motivo de consulta con el ginecólogo para valorar realizar pruebas complementarias y valorar realizar tratamiento dependiendo de si la mujer desea o no quedarse embarazada.
Para desarrollar el síndrome es necesaria una sintomatología más extensa. Es un trastorno hormonal que se relaciona con períodos sin ovular, por lo que no se produce la menstruación, y a un síndrome metabólico relacionado con una enfermedad cardiovascular o al desarrollo de diabetes.
Entre los síntomas que se pueden producir al sufrir el Síndrome de ovarios poliquísticos, más allá de las irregularidades en la menstruación, incluso con algunos meses sin aparecer, encontramos alteraciones hormonales como el hiperandrogenismo (una mayor producción de hormonas masculinas), que puede provocar un exceso de bello en la cara o el pecho, acné frecuente, piel grasa, caída del cabello, entre otros.
Normalmente resulta complicado determinar una causa exacta que pueda ser el origen de tener ovarios poliquísticos o padecer el Síndrome.
En el origen del Síndrome de ovario poliquístico intervienen factores genéticos, factores hormonales, estilo de vida y factores medioambientales.
En cuanto a los factores genéticos sí que existe mayor riesgo de desarrollar Síndrome de Ovario Poliquístico si tenemos un familiar de primer grado afectado. Estas relaciones hereditarias pudieran encontrarse en la producción y sensibilidad de las personas a ciertas hormonas, tales como aquellas presentes en la conexión entre el cerebro y el ovario (como la GnRH, FSH, o LH), las hormonas andrógenos, o la insulina.
Un exceso de insulina (hormona encargada de procesar la glucosa) o una alteración de los receptores encargados de su aprovechamiento pueden ser la causa de dicho desajuste hormonal provocar que el cuerpo genere más andrógenos (a pesar de ser una hormona masculina, está presente en el cuerpo femenino en muy poca cantidad), que en muchas ocasiones evoluciona hacia una mayor dificultad a la hora de ovular.
Estas complicaciones añadidas se deben a que unos niveles altos de andrógenos pueden interferir en la orden que el cerebro manda al cuerpo para que se inicie el proceso de la ovulación.
Los estrógenos y la progesterona son otras hormonas femeninas que sufren alteraciones cuando se padece Síndrome de Ovarios Poliquísticos. Estas hormonas ayudan a regular la liberación de los óvulos al llegar el momento en cada ciclo menstrual, y las mujeres son Síndrome de ovarios poliquísticos no liberan los óvulos.
Los disruptores endocrinos medioambientales también se han visto relacionados con el síndrome. Entre ellos que podemos citar la exposición durante la etapa prenatal o de desarrollo a ciertos compuestos presentes en productos de consumo, la contaminación atmosférica y los cigarrillos. Estos detalles pueden predisponer a un bebé a desarrollar Síndrome de Ovarios Poliquísticos más adelante. Estos compuestos pueden alterar el ambiente fetal al cambiar los niveles de andrógenos y estrógenos, y pueden contribuir a cambios relacionados con el síndrome en el desarrollo del feto, especialmente entre aquellos casos en los que ya se tienen cierta predisposición a padecer de este desorden.
La paciente con ovario poliquístico sin alteraciones menstruales y sin alteraciones hormonales añadidas, no es necesario que reciba tratamiento. No obstante, en un caso de Síndrome de ovario poliquístico sí que es necesario iniciar un tratamiento hormonal para intentar situar los niveles hormonales en los valores habituales y facilitar así el buen funcionamiento del organismo.
El tratamiento del Síndrome de Ovarios Poliquístico dependerá de la causa, los síntomas y el dese genésico de la mujer. Cada mujer puede tomar medidas para, de una manera natural, minimizar los efectos de estas afecciones. Siempre es aconsejable llevar una vida saludable, y en estos casos también puede ayudar realizar algunos cambios en el estilo de vida. Realizar ejercicio físico, reducir la ingesta de sustancias como el alcohol, la nicotina o la cafeína, y comer frutas y verduras de manera habitual favorece la regulación hormonal. Una de las consecuencias de sufrir Síndrome de ovario poliquístico suele ser ganar peso, por lo que esforzarse para reducirlo es una buena manera de combatir los efectos.
Más allá de estos pequeños gestos, los tratamientos hormonales son la mejor opción para minimizar los efectos del problema. Con ellos se consigue estabilizar la producción de hormonas y se consigue un mejor funcionamiento del cuerpo.
En mujeres que no desean gestación el tratamiento hormonal indicado son los anticonceptivos. Un ejemplo es el tratamiento vía oral con inductores de la ovulación como el citrato de clomifeno. Este tratamiento permite recuperar la ovulación en la mayoría de casos, aunque esto no quiere decir que se consiga el embarazo de manera natural.
Otros tratamientos que pueden valorarse son el uso de antiandrógenos en pacientes con síntomas relacionados con los niveles elevados de las hormonas masculinas (acné, vello facial excesivo o caída del cabello) y medicamentos como la metformina que mejoran la sensibilidad a la insulina en pacientes con resistencia a dicha hormona.
El Síndrome de Ovario Poliquístico, más allá de los problemas para conseguir el embarazo, también puede provocar complicaciones de salud futuras, como la aparición de diabetes de tipo 2 o bien la mayor propensión a sufrir problemas cardíacos.
En el caso de existir alteraciones de la ovulación asociados como es el caso del síndrome de ovario poliquístico, el escenario cambia por completo. En este caso las posibilidades de embarazo de manera natural estarán reducidas en mayor o menos medida en función de la frecuencia de las menstruaciones. por lo que muy probablemente se tendrá que recurrir a un especialista o incluso a una técnica de reproducción asistida y las opciones que ofrecen los avances científicos. En CIRH ofrecemos a nuestras pacientes una gran variedad de tratamientos para ayudarles a cumplir su sueño.
En la mayoría de los casos en los que la paciente presente un caso de Síndrome de ovario poliquístico el equipo médico opta por realizar un tratamiento de inducción de la ovulación con coito dirigido o con inseminación artificial y, en caso de que no sea suficiente para conseguir el embarazo, optan por una fecundación in vitro. Los dos primeros procesos son más sencillos y menos intrusivos para la mujer, por lo que es la primera opción con la que quieren intentarlo los médicos (contando con unos resultados positivos que avalan la elección en todo momento).
Siempre que se detecta alguna afectación médica a alguien la primera pregunta que surge es qué ha causado este problema. En el caso de las mujeres que padecen ovarios poliquísticos o el Síndrome de ovario poliquístico buscar razones es poco exacto. No hay ninguna causa concreta que pueda ser el origen de esta alteración.
En el origen del Síndrome de Ovarios Poliquísticos intervienen factores genéticos, factores hormonales, estilo de vida y factores medioambientales. Lo que es evidente es que en los casos del Síndrome de ovario poliquístico existe un desajuste o desequilibrio hormonal. Normalmente este desequilibrio se suele percibir con los valores de FSH, LH, insulina, andrógenos. Un valor alto de insulina puede disparar la cantidad de andrógenos en el cuerpo de la mujer, así como suprimir la correcta producción de hormonas como los estrógenos y la progesterona, dificultando el proceso de la ovulación.
Con este planteamiento es fácil deducir que la mejor opción de tratar el síndrome es con un tratamiento hormonal que el médico te recetará después de la presentación del diagnóstico en función del deseo genésico de la mujer.
Además de esto, hay aspectos del día a día que están en las manos de cada persona que también pueden ayudar a minimizar los efectos de este desequilibrio hormonal. Aunque puede sonar a tópico, se trata de hacer una vida saludable practicando ejercicio físico, controlar el consumo de alcohol y cafeína, no fumar, comer fruta y verdura de manera habitual.
Si nos fijamos en las posibilidades de conseguir un embarazo, las mujeres que tienen ovario poliquístico por lo general tienen una buena reserva ovárica. Si no existe un trastorno de la ovulación o del ciclo menstrual asociado, no tiene por qué existir ninguna dificultad para conseguir el embarazo de forma natural.
Por el contrario, en los casos en los que existe una alteración del ciclo menstrual asociado, conseguir un embarazo de manera natural es más complicado.
En muchas ocasiones, con los tratamientos comentados, se consigue regularizar la ovulación, aunque esto no signifique conseguir un embarazo sin ayuda.
La reproducción asistida es una buena solución para conseguir el embarazo deseado, optando principalmente por la inducción de la ovulación con coito dirigido o relaciones sexuales planificadas o con inseminación artificial o, en caso de un funcionar, la fecundación in vitro, en ambos casos con óvulos propios de la mujer.