Deseamos ser padres. Alrededor del deseo surgen muchas dudas y emociones. ¿Soy yo la única que lo siente?
El deseo es universal
Ves a niños jugando en el parque o al lado de casa y deseas formar tu propia familia. No estás sola. La psicóloga del CIRH Helga Pallàs, observa que cuando nuestro deseo se ve frustrado tendemos a sentirnos incompletos. «El deseo de tener un hijo puede ser una necesidad profunda originada por un instinto, pero también puede estar modulado por factores psicológicos, por la sociedad y la cultura a lo largo de toda nuestra vida. Cada persona lo experimenta a su manera y cuando no se consigue este deseo puede sobrevenir una crisis existencial”, puntualiza. El pensamiento de una posible infertilidad y el miedo a la posibilidad de tener que afrontar un tratamiento de Reproducción Asistida puede desencadenar esta crisis existencial.
Proceso emocional
Algunas personas que pasan por un tratamiento de Reproducción Asistida pasan por un proceso emocional que necesita de ayuda psicológica. El hecho de tener que afrontar un tratamiento de Reproducción puede provocar niveles de ansiedad y estrés superiores a los de la población normal. En ocasiones, incluso, algunas personas se sienten tan presionadas que llegan incluso a abandonar el tratamiento antes de haber agotado todas sus posibilidades de conseguir el embarazo
Proyecto de vida
Las mujeres van a la consulta para llevar a cabo un proyecto de vida y es habitual ver que acudan pensando que no tienen ningún problema reproductivo. En aquellos casos que sí saben ya el diagnóstico de infertilidad, tienen, a menudo, unas elevadas expectativas de éxito de los tratamientos de Reproducción Asistida. “Como las mujeres tienen muy interiorizado el rol de madre, ellas experimentan un mayor sentimiento de culpabilidad e inadecuación” comenta Pallàs. Los hombres por su parte también sufren un duro golpe por sentirse impotentes y frustrados de no saber ayudar a su pareja durante el proceso.
Una montaña rusa de emociones
Afrontar un tratamiento es pasar por diferentes estadios durante todo el proceso. Es normal que sobrevengan sentimientos de ilusión y desesperanza y experimentar altibajos emocionales pero al final, con ayuda y apoyo, conseguimos que las mujeres junto con su pareja lleguen a una fase de aceptación. “Después de pasar las etapas de duelo, el problema no desaparece pero se suele aprender a manejar de forma emocionalmente sana. Hay que darles tiempo para reflexionar y tomar decisiones”, asegura Pallàs. Por eso, el papel del psicólogo en apoyo emocional es fundamental.
Quizá lo más importante es recordar que en la mayoría de los tratamientos habrá momentos de dificultad y que esto es precisamente una parte integral de la montaña rusa de emociones de un tratamiento de reproducción asistida.
Para cualquier pregunta, no dude en contactar con el equipo médico del CIRH, estaremos encantados de ayudarle.