La Vanguardia se reúne con el CIRH, experto en infertilidad masculina, para hablar sobre cómo los hombres viven el proceso de reproducción asistida
“El aumento en estos últimos años en tratamientos de reproducción asistida refleja la incidencia de la infertilidad masculina en la población en edad reproductiva, ya que en muchas de las parejas que buscan el embarazo, la causa de infertilidad radica en el hombre”; cuenta el Dr. Brassesco, director médico del CIRH, en el artículo que se ha publicado esta semana en La Vanguardia.
La noticia, abordaba los diferentes factores que inciden en la bajada de calidad del semen. “En los últimos 50 años, la calidad del semen se ha reducido a la mitad”, señala el Dr. Brassesco, quien resalta la importancia de tratar la infertilidad también desde la perspectiva del hombre. Más allá de componentes físicos como la edad, el director médico del CIRH subraya la importancia del factor psicológico, las emociones afectan por igual a mujeres y hombres. Ambos miembros de la pareja viven por igual un tratamiento de infertilidad y sin embargo, “los hombres son sufridores pasivos y callados”, asegura el doctor. El declive de la calidad del semen tiene un origen multifactorial, y hace necesario realizar pruebas médicas previas al inicio del tratamiento igual como en la mujer cuando llegan a la clínica.
Infertilidad: una cuestión de pareja
La directora médica de la Clínica Eugin, la Dra. Amelia Rodríguez, intervino también en esta entrevista. “Es evidente que quien carga con la peor parte de un proceso de Feecundación In Vitro (FIV) son las mujeres, pero hombre sufre porque la infertilidad masculina tiene una carga negativa en una sociedad”. Así, “los problemas de infertilidad han de abordarse desde una perspectiva común, como una cuestión de pareja”, concluyen los expertos.
“La mujer ha sido siempre la pieza central en un tratamiento de infertilidad y el marido siempre ha estado presente como figura secundaria, de apoyo de la pareja”, explica el Dr. Brassesco. “Un proceso de infertilidad es una situación muy delicada también para el hombre, quien no siempre es capaz de expresar lo que siente”, asegura, “por una cuestión social de roles de género”. El especialista, que vive estas situaciones desde su experiencia, cuenta que cuando el hombre está solo en la consulta, pueden hablar “sin presiones”. Pese al poco peso que tiene en la sociedad la infertilidad masculina, el Dr. Brassesco concluye que “el hombre no puede ser el gran olvidado al hablar de reproducción humana”.
La Vanguardia, 27/12/2015: “Hombres frente a la infertilidad”