Desde hace 12 años, el centro barcelonés ofrece gratuitamente el tratamiento de congelación de óvulos a las mujeres que afrontan algún tipo de tumor canceroso y desean ser madres
El cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres de los países occidentales. Hasta el punto de que una de cada ocho tendrá que enfrentarse a él a lo largo de su vida, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Las mujeres que sufren este y otros tipos de cáncer se someten a quimioterapia, radioterapia y cirugías que pueden poner en riesgo su fertilidad.
Hoy, en el Día Contra el Cáncer de Mama, todos los integrantes del equipo del CIRH queremos transmitir nuestro más sincero apoyo a las pacientes que están plantando cara a la enfermedad. No estáis solas. Son muchos los profesionales del ámbito sanitario comprometidos en la lucha contra el cáncer. Y en el CIRH, este compromiso viene de lejos. Desde hace 12 años, ofrecemos de manera gratuita tratamientos de preservación de la fertilidad a las mujeres diagnosticadas de cáncer. Queremos ayudaros a cumplir el sueño de ser madres. Recordad: tener hijos tras la enfermedad es posible.
Una técnica avanzada y eficaz
La técnica recomendada para preservar la fertilidad de una mujer que afronta un tratamiento que hace peligrar su capacidad reproductiva es la vitrificación de ovocitos. Popularmente conocida como congelación de óvulos, se trata de una avanzada técnica de criopreservación que consiste en la congelación ultrarrápida de los ovocitos extraídos, que podrán ser recuperados y fecundados en el futuro.
Para las mujeres pendientes de comenzar una quimioterapia o una radioterapia, el tiempo es oro. Por eso les interesa saber que el conjunto del proceso de vitrificación es rápido, y no suele alargarse más de dos semanas entre la primera visita y la extracción de los óvulos.
En la primera fase se administran hormonas para estimular la producción de óvulos por los ovarios. Al cabo de unos días tiene lugar la aspiración folicular, mediante la cual se obtiene el número suficiente de ovocitos por vía vaginal y bajo sedación.
Los óvulos conservan todas sus propiedades
La muestra se sumerge en una solución de nitrógeno líquido y alcanza una temperatura de -196 °C en menos de un segundo. El agua que contienen los óvulos no llega a congelarse y se vitrifica, es decir, adquiere un estado similar al de una gelatina muy dura. De esta manera, se neutraliza la formación de cristales de hielo y se garantiza la perfecta conservación de la estructura interna de las células. Los ovocitos vitrificados no acusan el paso del tiempo: mantienen inalteradas las propiedades del momento en que se congelaron y pueden conservarse indefinidamente.
Más adelante, una vez superada la enfermedad, los óvulos congelados podrán utilizarse para lograr el embarazo mediante la reproducción asistida. El porcentaje de supervivencia a la descongelación de los ovocitos se sitúa en niveles muy elevados, entre el 77 y el 96%, mientras que la tasa de fertilización se mueve en una horquilla del 77-91%. En cuanto a la tasa de implantación, una vez llevado a cabo el tratamiento de reproducción asistida, es de entre el 33 y el 58%.
Las mujeres que se enfrentan a tratamientos médicos que pueden perjudicar de forma irreversible la fertilidad no tienen por qué renunciar al proyecto de ser madres. Gracias a la vitrificación de óvulos, su sueño se mantiene vivo. Y mientras llega el momento de hacerlo realidad, pueden dedicar toda su energía a recuperar la salud y la normalidad en sus vidas.
Si tiene alguna pregunta relacionada con este u otros temas, puede consultar con el equipo del CIRH y resolveremos todas sus dudas.