Síndrome del Ovario Poliquístico
El Síndrome de Ovario Poliquístico es una afectación que pone de manifiesto el relevante papel de las hormonas en el proceso de búsqueda de embarazo. Se trata de un trastorno hormonal que puede interferir en dicha búsqueda, aunque no impide un embarazo de manera natural. Se intenta minimizar sus efectos con diferentes medidas terapéuticas siempre bajo supervisión médica, y si con estos tratamientos no se consigue se tiene que recurrir a técnicas de reproducción asistida más avanzadas, como podrían ser la inseminación artificial o la fecundación in vitro (FIV).
Hay que tener claro que tener la evidencia de ovarios de aspecto poliquístico no significa que se padezca el síndrome, ya que para ello se han de cumplir una seria de criterios. Un 10% de la población femenina padece esta afectación, lo que la posiciona como una afectación significativa entre la población. La edad de detección tampoco es fija, se puede diagnosticar entre los 20 y 30 años, aunque también es habitual hacerlo en épocas tempranas como la adolescencia, con los primeros ciclos menstruales.
Hay ciertos aspectos que pueden hacer sospechar a la mujer para y concertar visita con un especialista. Tener ciclos menstruales irregulares, incluso pasar algún mes sin la llegada de la menstruación, un exceso de bello en la cara o el pecho o tener acné de manera continuada son signos característicos.
Las causas y no están del todo claras, principalmente porque no hay nada en concreto que lo provoque y se sospecha que puede ser de origen multifactorial entre ellos aspectos hereditarios. Factores como el sobrepeso, valores elevados de andrógenos o insulina suelen estar relacionados.
¿Qué es el síndrome del ovario poliquístico?
El Síndrome del Ovario Poliquístico es una afectación de predominio hormonal que influye en la ovulación, haciendo que se produzca de forma irregular, incluso ausentándose algunos meses. Tal trastorno puede dificultar el embarazo de manera natural.
La evidencia de ovarios de aspecto poliquístico a través de una ecografía ginecológica no es suficiente criterio por sí solo para hacer un diagnóstico de Síndrome de Ovarios Poliquísticos, ya que hay otros criterios que se deben tener en cuenta.
Este problema afecta a aproximadamente un 10% de las mujeres en edad reproductiva, por lo que se puede considerar como una afectación habitual entre la población femenina. Las causas que derivan en este problema no están identificadas y se sospecha que pueda ser de origen multifactorial, lo cual dificulta la prevención. Parece que un componente genético puede estar implicado, y la inflamación de bajo grado, el exceso de andrógenos o insulina también son mecanismos que juegan un papel relevante.
El Síndrome de Ovario Poliquístico se suele detectar entre los 20 y los 30 años de la mujer, aunque a veces también se puede detectar antes, en plena adolescencia, cuando se inician los ciclos menstruales de una niña. El diagnóstico prematuro y el inicio rápido de medidas terapéuticas son fundamentales para minimizar los posibles efectos a largo plazo en un futuro, como la diabetes tipo 2 o diferentes enfermedades cardíacas.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas del Síndrome de Ovario Poliquístico, así como el momento de aparición son diversos. La obesidad es un hallazgo común en mujeres con este trastorno y alrededor de un 50% de las pacientes con el diagnóstico padecen obesidad o sobrepeso.
El primer síntoma que suele llamar la atención es la presencia de ciclos menstruales irregulares o la ausencia de los mismos, sin ser una causa-consecuencia fiable al 100%. Estas irregularidades son el único síntoma que la mujer puede percibir sin necesidad de realizar ninguna prueba médica, por lo que en caso de tener dudas lo más recomendable es acudir a tu ginecólogo para que estudie tu caso.
Las alteraciones hormonales que provoca este síndrome pueden provocar hiperandrogenismo, una mayor producción de hormonas masculinas. Algunas de las consecuencias provocadas por este factor también pueden percibirse a simple vista, aunque no siempre está relacionado con un problema ovárico y deberían descartarse otros orígenes. A nivel clínico puede llamar la atención la presencia de exceso de vello corporal de predominio en zonas como cara o pecho, así como la presencia de exceso de acné.
Otro criterio a tener en cuenta tal como hemos comentado anteriormente es la evidencia de ovarios de aspecto poliquístico en una ecografía ginecológica especializada, aunque la presencia de los mismos por si solo no es un criterio suficiente para realizar el diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica?
En el momento en el que decides acudir al especialista para analizar el problema por dificultad en la búsqueda de embarazo o por la presencia de síntomas comentados en el apartado previo, el equipo médico inicia las diferentes pruebas diagnósticas.
Si se valora la posibilidad de que se trate de un caso de Síndrome de Ovario Poliquístico, es primordial hacer una correcta historia clínica, así como una exploración física y ginecológica, y la realización de una analítica sanguínea que incluya diferentes parámetros entre ellos a nivel hormonal. Además, siempre que sea posible se realizará una ecografía vaginal para estudiar la morfología del ovario y descartar otros hallazgos.
El primer paso que hará el médico es conocer los antecedentes familiares completos para saber si puede haber un caso hereditario. El especialista se interesará por enfermedades de interés para poder descartar otras patologías, por tu ciclo menstrual, por tu historia ginecológica, hábitos diarios y controles médicos realizados y así poder profundizar más en detalle en un posible diagnóstico.
El médico también te realizará un examen físico completo, buscando algunos de los signos característicos. También es importante realizar una analítica de sangre completa para valorar no solamente los niveles hormonales si no otros parámetros de interés.
Finalmente, el especialista también realizará una exploración ginecológica apropiada y una ecografía ginecológica para comprobar el estado de los ovarios y el resto de estructuras.
¿Cómo consigo quedarme embarazada si tengo Síndrome de Ovario Poliquístico?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que padecer Síndrome de Ovario Poliquístico no es sinónimo de tener que recurrir a técnicas de reproducción asistida para poder ser madre. Existen opciones previas para intentar mejorar y regular la ovulación. Para todos estos tratamientos es necesario un correcto control médico para seguir la evolución y controlar el tiempo durante el que se siguen.
Un ejemplo es el tratamiento con comprimidos de citrato de clomifeno que es un fármaco que nos ayuda a inducir la ovulación. Se administra por vía oral, a partir de entre el tercero y el quinto día de menstruación, durante 5 días. Con este tratamiento en la mayoría de casos se recupera a ovulación (en un 80% de ellos), aunque sólo la mitad de estos casos consiguen gestación. Este tratamiento se tiene que administrar, como máximo, durante 6 meses.
Otro tratamiento hormonal es el de las gonadotropinas. En este caso se administra con inyecciones subcutáneas a partir del tercer día de menstruación. Mientras se sigue este tratamiento es necesario realizar diferentes controles ecográficos para que el médico pueda establecer las dosis necesarias para conseguir la ovulación.
Todos estos tratamientos son opciones que deben ir acompañadas siempre de un correcto manejo a nivel nutricional, del descanso, y otros hábitos de vida.
En los casos en los que los tratamientos mencionados no sean exitosos, se puede acudir a la opción de técnicas de reproducción asistida más avanzadas. El tratamiento asignado habitualmente para las mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico suele ser la inseminación artificial o la fecundación in vitro, siempre en función de las particularidades e individualizando cada caso.
El Síndrome del Ovario Poliquístico es un trastorno hormonal común entre la población femenina, una de cada diez mujeres lo sufren. A pesar de que el diagnóstico puede ser complicado para la mujer y a veces por el propio ginecólogo por la diversidad de la clínica, con una buena historia clínica, una buena exploración física y las pruebas indicadas se suele llegar al diagnóstico de manera sencilla siguiendo una serie de criterios.
Una vez se acude al especialista el primer paso será hacer un análisis del historial médico de la paciente y sus familiares. El médico realizará algunas preguntas para conocer su caso y el de sus familiares y, además, también pedirá un análisis de sangre para analizar diferentes parámetros. El siguiente paso a realizar por parte del médico es una correcta exploración y ecografía ginecológica.
En primer lugar se puede intentar por tratamientos sencillos que intenten favorecer la ovulación, ya que suele ser el principal inconveniente de cara a la búsqueda de embarazo en estas pacientes. En muchos casos con este primer abordaje se puede conseguir embarazo y no hay que recurrir a técnicas más especializadas.
En los casos en los que esto no sea exitoso, se puede recurrir a técnicas de reproducción asistida más avanzadas como son la inseminación artificial y la fecundación in vitro siempre individualizando cada caso en concreto.
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