La infertilidad se contempla cada vez más como un problema a superar en equipo, en que ambos miembros de la pareja trabajan por un objetivo común
La sociedad en torno a la temática reproductiva ha evolucionado y evoluciona, aunque sigue existiendo el estereotipo de la mujer, quien carga con el embarazo y el del hombre, quien está ahí para apoyarla. Así, se siguen oyendo en la consulta comentarios como “No, si yo vengo por mi mujer…”, “yo no tengo problemas…” o “a mí no me preocupa…”, con lo que aconsejamos que la infertilidad se contemple cada vez más como un problema a superar en equipo, en que ambos miembros de la pareja trabajan por un objetivo común que es el de superar con éxito el tratamiento.
Gracias a los avances en el campo de la reproducción asistida, muchas parejas y mujeres solas cumplen su sueño de ser madres y padres. Sin embargo, cada ciclo de reproducción lleva consigo un coste físico y emocional muy importante. El apoyo de la pareja es crucial, el acompañamiento y acercamiento a la mujer hacen que ella no se sienta sola ante el tratamiento. Aunque sea ella quien recibe la medicación físicamente, conceptualmente, es un tratamiento de la pareja. Por ello, es aconsejable que el hombre forme parte del proceso en todos los sentidos, tanto a la hora de preparar y administrar la medicación como en el momento de acompañarla, siempre que sea posible, a las visitas y pruebas necesarias.
El papel de la pareja
Generalmente, los hombres y las mujeres, afrontan el diagnóstico de infertilidad de manera diferente, mientras las mujeres tienden a exteriorizar sus sentimientos, hay un porcentaje de la sociedad masculina que tiende a ser más reservado al respecto, independientemente de qué miembro de la pareja es quien tiene dificultades para lograr embarazo.
Para un hombre, seguir un tratamiento de reproducción asistida puede suponer en algunos casos un reto personal: tiene que observar y “sobrellevar” que su pareja se someta a un tratamiento médico invasivo sin que él pueda contribuir en nada. El reto es más difícil cuando es al hombre a quien se le ha diagnosticado un problema de fertilidad. “La culpa la tengo yo”, “No sé cómo ayudarla”… Son algunos de los pensamientos de los hombres que se encuentran en esa situación.
Nuestra psicóloga Helga Pallàs, afirma que durante el tratamiento la mujer tiende a buscar más el apoyo emocional de la pareja y del equipo del centro, mientras que el hombre no suele tener tanta necesidad de expresar lo que siente, mostrando una mayor tendencia a las enfermedades psicosomáticas. A veces, al no expresar sus sentimientos de forma verbal, pueden producirse malentendidos, ya que la mujer puede pensar que a él no le importa tanto como a ella el objetivo común de lograr el embarazo o que está sufriendo menos el tratamiento por el que están pasando, sintiéndose incomprendida. Pallàs nos recuerda que cada persona, hombre o mujer, es diferente, que hay que saber respetar las estrategias de afrontamiento de cada miembro de la pareja y que los hombres manifiesten menos sus emociones de forma verbal no significa que no sufran igual que las mujeres, siendo recomendable aceptar que nuestra pareja va a vivir el proceso de forma distinta a la nuestra y fomentar la comunicación.
Cómo puede ayudar el hombre a superar esta situación
El objetivo es ser conscientes de la situación actual y con eso cuidar más de tu relación mientras estéis intentando tener un hijo. Los dos miembros de la pareja tienen que apoyarse mutuamente y tener algún detalle de vez en cuando para que se vea una muestra de afecto y que el otro vea que estás ahí. Pasar por un tratamiento de reproducción asistida no es una situación fácil de llevar. Sin embargo, si la pareja hace un esfuerzo por estar involucrado en el proceso, ir a las visitas y conocer las distintas fases, estará compartiendo esa situación y puede ser beneficioso para los dos.
Si tiene alguna pregunta relacionada con este u otros temas, puede consultar con el equipo del CIRH y resolveremos todas sus dudas.
